Está demostrado que muchas alergias a ácaros y hongos son causa de rinitis persistente (“con alteración de la actividad laboral y social, el descanso en la noche, el rendimiento escolar y laboral”) que, además, suele ir aparejada “con mayor frecuencia con el desarrollo de un asma.
A diferencia del asma por alergia a los pólenes, tiende a ser de un tipo persistente, lo que puede conllevar un mayor riesgo, a futuro, de deterioro de la adecuada función pulmonar.
Todas estas complicaciones no tienen por qué revestir mayor gravedad en los pacientes menores de edad y niños, pero como médicos alergólogos consideramos de gran importancia realizar cuanto antes un estudio alergológico adecuado a todo niño de cualquier edad que manifieste síntomas de rinitis o asma,.
Esto se debe a que, de detectarse la alergia, la actuación temprana puede mejorar “mucho” su evolución clínica de cara al futuro.
La importancia de la higiene en la prevención de las alergias
La higiene en los domicilios o o lugares de trabajo donde se pueden desarrollar este tipo de agentes “es sumamente clave” para evitar el desarrollo de estas alergias.
Asimsimo, el hecho de residir en una región con clima húmedo (como Corrientes, por ejemplo) dificulta la instauración de medidas preventivas.
Pese a ello, recomendamos seguir ciertas pautas de higiene doméstica para prevenir en la medida de lo posible la aparición de estos agentes y controlar con ello el desarrollo de alergias.
En el caso de los ácaros, es importante mantener las viviendas, y especialmente los dormitorios, “ordenados y limpios, libres de polvo, con escasos elementos que puedan acumular polvo”.
En ese sentido, se debe tener en cuenta la importancia de cubrir los colchones y las almohadas con fundas especiales, ya que es en ellos donde más ácaros se acumulan y donde más horas pasamos al dormir.
La limpieza con vapor es altamente recomendable, así como el lavado a 60º para matar los ácaros, de las alfombras y los sofás, que también son espacios donde se acumulan estos agentes.
Control de humedad en las viviendas y lugares de trabajo
En los ambientes con humedad se puede utilizar deshumidificadores en dependencias concretas.
Otra alternativa es optar en el domicilio por un sistema de ventilación centralizada que ayude a reducir la humedad relativa del aire en toda la vivienda.
No obstante, si la vivienda, el lugar de trabajo o la escuela cuentan con sistemas de ventilación centralizada, es imprescindible el mantenimiento y el saneado de los conductos y filtros de ventilación pues pueden ser foco de crecimiento de hongos y otros microorganismos patógenos.